martes, 22 de abril de 2008

A un Amigo / This old road

Hay muchísimas cosas de las que nos pasan, o al menos de las que me han pasado de la vida, que considero grandiosas y fundamentales. Hoy reflexiono acerca de una de las que considero más difíciles, o al menos de las que resultan de las más difíciles; más llenas de pruebas. Esas de las que a priori solemos descartar en la diaria.

Esas de las que más me estoy enamorando, desde hace años. De las que vuelven a estos dedos sabios en mi propia convicción de que, equivocado o no, bailarán felices y libres por siempre. Ya no dependen de mi. Son los títeres de mi corazón titiritero.

La distancia, la confianza, la certeza, el vínculo forjado a fuego de alma y ojos sinceros, de despedidas sin drama ni fecha de reencuentro. Todo bien rojo, rojo vino tinto, color de momentos buenos, de verdad, genuinos como la vieja madera de una guitarra compañera; fiel. Las buenas personas que gracias a esa inversión que hacemos, que en Cristiano se llama Sacrificio, nos acercan y aproximan al otro, y que somos cada uno. Las personas que te contagian la certeza de que ser mejor es ser cada vez más uno mismo.

A Kris lo escucho todos los días desde la noche de diciembre en que me lo presentaste, aunque no todos le ponga play. Anoche me puse a escucharlo charlar, con la guitarra en el fondo y las Guinness al frente, aquellas de mesa de madera de árbol de noche boreal. Charla amena si las ha habido; si las hay.

Creo que es lo más lindo de escucharlo a él. No es de aquellos de FM, como decías, que inquietan llenos de respuestas y soluciones. Es más de aquellos otros, Highwaymen, llenos de preguntas, de espaldas llenas de mapas con encrucijadas que dejamos atrás, de caminos que nunca recorreremos porque elegimos recorrer todos estos otros. De marcas de balas que por poco nos matan, pero que no nos mataron ni nos van a matar. Sólo nos marcan y nos devuelven al ruedo: marcados.

Un buen compañero de ruta. De esas rutas que no precisan paisajes en movimiento pero que aun nos convidan con la refrescante sensación de que avanzamos, porque es el alma la que no se queda quieta.

Como punta de lanza, cuatrero revirado, como bestias desbocadas de hambre de vida, entendemos que amanecer muchas mañanas en el mismo lugar también es viajar; sobre todo cuando la noche anterior ella volvió a elegir que iba a amanecer del lado de al lado de nuestro lado de la cama.

"Look at that old photograph, is it really you?"

Cuál es la pregunta para cuál respuesta, creo que es la pregunta. ¿Cuánto tiempo pasamos errando la pregunta, confundidos con respuestas, lógico, que no son para nosotros?

Creo que cada vez que erramos el camino. Debe ser la trampa de la duda, de la urgencia, de la inmediatez; nunca vamos a regalarnos paciencia. Difícilmente invirtamos un "no" contundente, aunque amistoso, al largo plazo de la fertilidad de nuestras almas.

Y Aquella tampoco va a parar de hacernos preguntas, más evidentes, menos concretas. Y aun así, al final de la cuenta, seguro que vamos a estar de acuerdo que es su trabajo; si no las hiciera, la vida, ¿no se lo reclamaríamos?

Si siempre es ahora, siempre va a ser ahora. Y si Kris no tenía razón, ¿quién? 

Vos, valor. Vos.

No hay comentarios: