miércoles, 2 de abril de 2008

Untied / Undone

Exponiéndome al riesgo de pensarlo, quizás haya sido que hasta entonces no me había picado la suficiente curiosidad, o La Curiosidad lo suficiente. Quizás fuera hora de darle un recreo al coqueteo peligroso de la idea de alejarme de A, de añorar B, de perderme en el camino, de romper la brújula, de gritar para cantar. Gitano.

Hasta que ese momento llegó. La primera vez que sentí algo así, así nuevo como eso; por lo que sea. La junta del miedo y la excitación, el orgullo y el miedo, las ganas y la paciencia; como tocarte, como besarte, como ser el que te crispa la espina, la fuente de calor que fecunda la exhuberancia de tu belleza, el motor de tu pierna cuando se mueve a mil por hora.

Llegó el momento en que todo se trató de ponerme a mi mismo a prueba, de llevarme al límite, al extremo, y empujarlo; empujarme. Tensarlo, seducir el dinamismo de la acción. Hacerme un poco el vivo con su flexibilidad, aprovecharme de la red y dejar de fijarme el objetivo al frente. Lanzarme a R4, darme a la idea más hermosa. Darme, realmente. Con ella, caerme sería tan apropiado como salir volando; se sentiría bien. Así que me solté.

Me encontré con la certeza de que puedo cambiar lo que quiera cuando quiera, de que tengo todo por delante, de que si el camino lo surco con la semilla de la pasión entonces el campo será siempre fértil, el fruto siempre jugoso, fresco y nutritivo.

El verdadero problema llegaría si me reconociera triste en la vejez del alma, si las drogas se llevaran al niño para siempre, para no volver. Ahí estaría siendo cosas que no me gustan por miedo a no tener tiempo para cambiar, a que sea demasiado tarde. Costumbre, perra.

Aun tengo miedo. Estoy aterrorizado, pero recobrando el coraje, templándolo, despacio, apoyándome en mis propios pasos bien dados, de a uno el primero, el segundo después. Riéndome de mis tropiezos, feliz de este miedo domesticable.

Muchas cosas las escribí con el alma ronca, las anote con los ojos húmedos, empañados, asustados; las devolví con forma de llanto silencioso, opaco, tímido. Nunca fueron más que tiros al aire, golpes en la oscuridad. Sin embargo, hoy no las leo con desdén. Es la Historia la que me determina como hábil, como jugador. "I got shot off my horse. So what? i´m up again."

Desde aquí hoy puedo afirmar que ha sido la música siempre lo único casi tan elevado como vos, lo único que siempre me ha seguido sorprendiendo casi como cada vez que tus ojos me miran y los míos gritan allellujah. Float, "don´t land". Tan básico.

Me gustaría que un día me cuentes cómo es que guionas la forma dulce que tienes de desnudarme casi sin tocarme.

Vos, ¿cómo escribís?

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