jueves, 7 de febrero de 2008

Anoche, otra vez

De camino a casa voy alegre sin motivo aparente, algunas personas me miran y envidian mi soltura, mi despreocupación. Todos te sospechan esperándome y entonces odian sus rutinas. Yo no hago ningún esfuerzo por ocultar mi levedad, la felicidad de ir caminando por la calle rumbo a ti.

Compro vino y comida porque esta noche celebraremos. Se que me esperas descalza y con poca ropa, en la ventana, susurrando una canción en el francés más dulce que tus labios pronuncian; y eso es toda la miel.

Me recibes, me abrazas y me pierdo en tu aroma, fragancia del deseo, el mundo se detiene, se seca y se marchita, pasan mil millones de años y vuelve a brotar la primer semilla del Nuevo Orden en el momento que terminas de pronunciar "te estaba esperando" en mi oído, y me vuelves a regalar los colores de tus ojos.

Te beso. Te mueres.

Así, muertos felices, ambos, bailamos, porque te tomo de la cintura y te pongo a girar conmigo, y tu sonríes y yo no puedo creerlo. Festejas conmigo aunque no sabes qué ni porqué, y bebemos el vino que es rojo y es rubí y como comida que es manjares y delicias exóticas de tus manos generosas. 

El vino nos emborracha, la comida nos alimenta el corazón que ya es uno sólo y nuestros vientres se pegan, desnudos, sin ropa, con calor y mucha agua. Y nos reímos a carcajadas porque nuestros pulmones están llenos de ese corazón vivo, y en ellos no hay lugar para la ira.

Tu cara es lo más hermoso que existe en el mundo.

La casa es una fiesta, la cama es un banquete; el motivo nunca lo averiguaremos porque no nos importa, nunca nos importó. Nuestros cuerpos son uno en humedad, tenemos el sexo más tierno del mundo, recorro tu piel íntima con la plenitud de mi humanidad y ardemos de calor, de fuego, de fricción.

Nos dormimos sin soltarnos; sin pensarlo.

Los rayos de la luz del día ya no nos duelen, ya no molestan. Sólo entonces comprendemos que hasta ellos necesitan amarse de la forma que nosotros nos amamos...

Así es como sucede siempre, cuando sueño con nosotros.

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